Con una sonrisa y una canción/ la vida es alegre/ como un hermoso día de sol.
Antes de dormirse los niños ingleses escuchan estas palabras, que sus padres entonan en una preciosa canción de cuna. ¿Por qué no volver a sentimos despreocupados y felices como los pequeños?
Cantar y danzar alegremente es no sólo un modo de alegrar a los niños sino también una de las formas principales de celebración de la que se valen las religiones. Por eso la técnica Kirtan es el centro de los festejos anuales del Ashram.
El Ashram es la comunidad hindú que equivale a los monasterios cristianos: sus miembros llevan una vida simple, disciplinada, caracterizada por la devoción espiritual que se traduce en obras para el prójimo. Como los hindúes honran sus fechas importantes también la Iglesia Católica celebra con alegría el nacimiento del Redentor, ya que a la esperanza respetuosa de la Nochebuena le sigue la algarabía de la Navidad, cuando se celebra la confirmación de que el enviado del Padre vivió y murió por nosotros para que también los mortales pudiésemos alcanzar la Vida Eterna.
La fe se fortalece cuando se vive en alegría. Celebrar la vida es dejar fluir toda la energía, alcanzar el éxtasis con la respiración profunda, con el descanso. Es sonreír y cantar y danzar con entusiasmo porque nuestra existencia es un voto de confianza que los seres más elevados depositaron en nosotros. Debemos honrarla y agradecerla, en lugar de lamentamos y sentimos desdichados por estar en este plano de evolución.
La meditación Kirtan propone tres niveles para alcanzar el bienestar, y a cada uno deben dedicarse 20 minutos aproximadamente.
La primera etapa consiste en cerrar los ojos, danzar y cantar al ritmo de su música favorita. Esta debe ser preferentemente estimulante. Acompañe los movimientos con palmas y déjese llevar por el ritmo hasta sentirse totalmente compenetrado.
Para la segunda etapa o nivel: Apague la música, recuéstese y permanezca en calma y silencio. Repare únicamente en el sonido de su respiración. Cuando haya logrado aquietarse totalmente estará listo para el próximo paso.
Tercera etapa: Incorpórese. Vuelva a dejarse llevar por la música. Dance, cante, piérdase totalmente en usted mismo. Coree la letra si la tiene y si no invéntela. Puede emitir sonidos que no tengan ningún significado o bien construir oraciones que resalten su bienestar. Por ejemplo: Soy feliz, me siento agradecido a la vida, el amor me envuelve y me conforta. Busque los términos de su preferencia y pronúncielos hasta percibir totalmente la vibración del sonido en su cuerpo.