Sagitario es el signo que mejor aborda los cambios de la vida. Los procesos de adaptación que a la mayoría nos cuestan son pan comido para los sagitarianos. Según su visión, los cambios que plantea el destino son útiles, emocionantes y necesario. Por esto, el sagitariano no se resiste a las nuevas coyunturas, sino que más bien se adapta con tranquilidad emocional y mucha valentía espiritual.
No obstante, el hecho de que ellos tengan una facilidad para este tipo de circunstancias no significa que todo sea pan comido. El Sagitariano acepta la turbulencia, pero en el camino quedan resentimientos, preguntas sin responder y algo de incertidumbre. Son este tipo de sentimientos los que quedan en la memoria de los hijos del minotauro cada vez que deben empacar e irse a otro lado. Pero estos chicos y chicas regidos por el elemento del fuego tienen un ángel protector que los ayuda a seguir y aquí te diremos cual es.
Zadquiel, el ángel de Sagitario
En hebreo, Zadquiel significa “justicia divina”. Este es el punto central de todo buen Sagitario que tiene la capacidad mental para cambiar de rumbo, pero que a su vez alberga grandes dudas del pasado. La soberbia propia de este signo no es más que la consecuencia de tantas mudanzas y rupturas sin explicación. Zadquiel los acompaña en todo momento, para tratar de alivianar las pesadas cargas que quedan en el corazón del sagitariano. Todos sus errores, omisiones y sufrimientos deben ser encomendados a este ángel protector de lo espiritual.
El aura de Zadquiel es color violeta y transmite la energía de la libertad, la aceptación y la misericordia. No se trata de resignarse, sino de aprender a ponerse en los zapatos del otro y tratar de entender todo lo malo que pudo haber pasado en el tiempo anterior. Encomendándonos a Zadquiel, lograremos perdonar al que hizo algún daño y también nos perdonaremos a nosotros mismos por las decisiones radicales tomadas. Además, esta luz violeta nos permitirá dar pasos agigantados para recobrar los estados de felicidad perdidos. Por eso es que Sagitario aguanta las decepciones y vorágines abruptas del destino incierto.
Eliminando los recuerdos negativos
Sagitario da el salto aventurero hacia las nuevas realidades, pero en su camino guarda muchos recuerdos negativos y eso es lo que hay que corregir. Todos los resentimientos y cuentas no saldadas pueden ser destructivas para la persona que los alberga. Quizás parezca que todo queda en el subconsciente, pero hasta lo menos obvio aturde en el interior y constituye nuestra carga karmática. El resultado: pasar una vida llena de relaciones rotas y convertirlas en asuntos que en esta u otra vida debemos solventar. Un excelente ejercicio de transmutación y liberación es tratar de visualizar al ángel Zadquiel y a su energía cósmica color violeta. Imagina que esa luz llamativa recorre cada parte de tu cuerpo y te va limpiando del pasado doloroso. Mentalízate para el desapego y el perdón y deja que Dios se encargue de la justicia. Repetirás varias veces “Yo soy la llama violeta”.